Cuando comencé el blog, me planteé comprar una cámara digital para llevar siempre conmigo, fruto de ello esta nueva entrada a la que espero sigan muchas más, a ser posible algo más interesantes: la semana pasada, haciendo unas gestiones me encontré en el medio de una gran pared un curioso inquilino tomando el sol que se inquietó bastante al verme acercar con mi pequeña cámara, pero al final, la mantis se dejó fotografiar.
Hace muchos años que no veía a uno de estos imponentes insectos en directo (es lo que nos perdemos los urbanitas, que ya no vamos a los pueblos de nuestros mayores y cuando salimos de senderismo lo único que se ven son piedras y plantas - lo que tampoco está mal -, los pocos bichos que quedan huyen con bastante buen criterio de las apisonadoras humanas).
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