La razón de este cambio se encuentra en el año 2015, cuando Carmen, colaboradora de este blog, promovió un club de lectura y seleccionó, como primer libro, "Mortal y rosa", que he incluido en la lista.
Allá voy. El orden no indica preferencia. (Quizás sí en el primero)
- 100 años de soledad. Un comienzo épico y un final colosal para un libro fabuloso en todos los sentidos.
- Solaris, de Stanislaw Lem. Un gran exponente de la ciencia ficción "dura". Un grandísimo libro donde se abordan los problemas de la comunicación entre distintas inteligencias. Una idea que aparece en más obras de Lem, como La voz de su amo. Fue la segunda novela que leí en formato electrónico (kindle), ahora ya son muchas, aunque sigo prefiriendo el papel.
- Mortal y Rosa, de Francisco Umbral. Umbral era para mi, como para mucha gente, un cascarrabias que solo quería hablar de su libro. Este libro habla de la muerte de su hijo. El descubrimiento de un gran escritor.
- Crematorio, de Rafael Chirbes, otro enorme escritor no demasiado conocido. Esta novela, que habla de la especulación urbanística, tiene también serie de televisión que vale la pena ver.
- Fahrenheit 451, de Ray Bradbury. Hace un tiempo hablé de la película de Truffaut basada en esta novela, que se desarrolla en un futuro distópico en el que los libros están prohibidos, para no hacer infeliz a la gente.
- La fiesta del chivo, de Mario Vargas Llosa. Extraordinaria narración del final del dictador Rafael Trujillo de la República Dominicana.
- Ana Karenina, de Lev Tolstoi. Una historia de amor con final trágico que supone, según los entendidos, una de las mejores novelas de la historia.
- El retrato de Dorian Gray, de Oscar Wilde. El cuadro de un hombre que va cambiando en proporción inversa a su comportamiento. Magnífica novela.
- Crimen y castigo, de Dostoiesky. Otra fantástica novela donde se relata un asesinato en el seno de una sociedad dominada por la pobreza y la falta de esperanza.
- Crónicas marcianas de Ray Bradbury. Breves relatos de ciencia ficción que hablando de mundos y criaturas del futuro remite a nuestra propia sociedad. Escribía ciencia ficción que no hablaba del futuro, sino de los males que aquejaban a la sociedad.. Elogiado por el propio Borges.