domingo, 28 de marzo de 2010

¿POR QUÉ GANARÁN LOS E-BOOKS?

Podría haber titulado la entrada perfectamente "Por qué nunca morirán los libros de papel", pero en un medio de comunicación de la era WEB 2.0 parece más apropiado el título que he elegido.

Realmente, es bastante probable que los libros de papel en un futuro más o menos lejano dejen de editarse, e incluso que generaciones posteriores no aprecien ese plus de calidad que supone tener un libro en las manos, separar con los dedos páginas de celulosa y leerlo en un sofá o en un banco de un parque.

Y es posible que no lo aprecien porque no lo conozcan, porque siempre hayan usado para leer dispositivos electrónicos, que también se pueden leer en un sofá o en un parque y hasta pasar páginas tocando con el dedo una pantalla.

Los libros de papel se convertirán indudablemente en un artículo de colección y el hecho de que se sigan cuidando dependerá de la educación que demos a las generaciones futuras, aunque es impensable que, salvo cataclismo, se destruya otra vez la inmensa biblioteca de Alejandría que suponen los millones de copias de libros en universidades, instituciones y particulares. Aunque hayan sido sustituidos por aparatos.

Después de estas letras, que sirven para justificar que para mi (que cuento con una biblioteca personal de más de 1.300 libros) un aparato electrónico nunca sustituirá en placer de lectura a un libro clásico, paso al objeto de esta entrada, porque sé que adquiriré (cuando me lo pueda permitir) un e-book (e-libro en castellano, pero queda menos fino).

¿Por qué van a ganar los e-books? Por la misma razón por la que internet y la sociedad de la información ya han ganado la partida: el desarrollo tecnológico, la facilidad de uso y la reducción de costes.

El desarrollo tecnológico ha permitido la creación de pantallas digitales que no cansan la vista al leer, aunque no dudo que también requieren un proceso de adaptación. Personalmente, me resulta casi imposible leer un documento de varias páginas en la pantalla de un ordenador, no puedo concentrarme y me cansa demasiado.

Lo que solía hacer, para documentos electrónicos no demasiado grandes, era imprimirlos en casa, pero la tinta de la impresora es muy cara, casi vale más que la propia empresora.

Otra de las opciones que utilizaba es recopilar un conjunto de archivos pdf, juntarlos con alguna herramienta y llevarlos a una imprenta. La semana pasada estuve en una imprenta para preguntar el precio de la impresión:

- entre 1 y 10 copias: B/N, 0,09 €; COLOR: 0,6 €
- 11-50: B/N, 0,08 €; COLOR: 0,5 €
- 51-100: B/N, 0,07 €; COLOR: 0,45 €
-101-300: B/N, 0,06 €; COLOR: 0,4 €
- 300-600: B/N, 0,05 €; COLOR: 0,36 €
>600: B/N, 0,045 €; COLOR: No se suelen pedir

Es decir, que si se entrega un documento de unas 150 páginas, que podría considerarse algo normal, habría que pagar 9 € (más 0,45€ inicial por la gestión del documento) en el caso de blanco y negro y 60 € en color (si luego quieres poner un canutillo o espiral, te subiría otros 2 o 3 euros).

En blanco y negro pagar 9 € es una cantidad admisible, pero qué ocurre cuando la información que tienes es de muchas páginas: el presupuesto es demasiado elevado. Y como dije antes, leer el pdf en el ordenador para mi no es una opción posible.

Otro ejemplo, hace unos días descubrí lo que parece un magnífico programa, una especie de clon de MATLAB (me recuerda a mis años de carrera), pero de libre distribución, SCILAB, me descargué algún manual en castellano y el manual de referencia en inglés... con 3.401 páginas, imprimir este fichero es simplemente demencial. Pero sí se puede llevar en un e-book y echar una ojeada (al fin y al cabo es un manual de consulta).

La inmensa cantidad de documentación, de legislación, de normas, de especificaciones que uno debe manejar en el trabajo no se puede imprimir porque supondría un coste inadmisible, tanto económico como de espacio, por lo que es casi imprescindible leerlo en el ordenador o a lo sumo imprimir un par de páginas para hacer anotaciones.

Otro ejemplo, de no menos importancia es que ahora la mayor parte del software que se vende, eso sí, en grandes y absurdas cajas, no lleva manuales escritos sino que adjuntan un CD con el manual en un fichero pdf.

En resumidas cuentas, no va a ser posible librarse, por razones prácticas, de los e-books.

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