Hace no demasiado tiempo decidí que tenía que cambiar mi teléfono móvil digital normal por un teléfono móvil inteligente, smartphone en inglés. Pensaba que un móvil es un aparato que debía servir solamente para enviar y recibir llamadas y mensajes de texto (sms) además de contar con un espacio de almacenamiento para la agenda telefónica y por supuesto, la alarma despertador.
Sin embargo, el tiempo y la tecnología pasan y no podemos quedarnos desfasados, menos en los tiempos que corren. Recuerdo la llamada de un cliente preguntándome si había recibido un correo, la respuesta era sí pero como estaba fuera no lo había visto. Esa es una de las muchas utilidades que tiene un teléfono inteligente, te llevas el correo electrónico en el bolsillo.
Había que decidir el modelo y barajé como posibilidades el iPhone 4S o el Samsung Galaxy S-II. Al final me decidí por el primero, mi primer contacto con un producto de APPLE.
El 13 de diciembre recogí el iphone que me envaron en pocos días, me costó en torno a un mes y medio de continuas charlas con Orange y con Movistar (con Vodafone no quiero tener tratos por algo que me hicieron hace unos seis años, cuando empezaba a vivir en Valencia), al final me fui al mejor postor, Orange, con tarifa Delfín 30, 30 € al mes más IVA y 169€ por el iPhone (hay que poner la P en mayúscula si no quieres parecer un ignorante).
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iPhone 4S |
Me preguntaron por qué no lo había comprado blanco, al parecer es el único distintivo externo del 4S respecto del 4 a secas (que no fabricaban en blanco), lo cierto es que mi anterior teléfono ya era blanco y también me dijeron que dónde iba con un teléfono así. Las modas y las bobadas, qué se le va a hacer.
El teléfono, más bien el sistema, el estilo, todo, es excelente, de hecho el teléfono es un efecto secundario del iPhone. El conjunto es una pequeña maravilla de la técnica. Parece que era verdad lo que decían de la calidad y el diseño, hasta la caja en la está embalado tiene un diseño estupendo, parece una caja de jabón (se ve en la fotografía de arriba).
Lo cierto es que personalmente me encuentro más cerca de los sistemas con android, me parece un sistema mas accesible, más próximo al software libre (que no necesariamente gratis). Si quieres programar algo con el iPhone, es decir, ir un poco más allá que ir tocando iconos, no puedes si no tienes un Mac. También es cierto que con las miles de aplicaciones que hay, puedes estar tocando iconos hasta que te salga callo en el dedo o alcances 100 años (lo que suceda antes).
Sin embargo, tampoco dudé demasiado al elegir el móvil porque incluso el Samsung Galaxy SII estaba más caro (es un móvil también muy espectacular con la pantalla más grande que la del iPhone).
Llevo menos de un mes con el teléfono y he visto y utilizo aplicaciones que merecen entradas aparte, por ejemplo:
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Flipboard |
Flipboard, una aplicación para flipar... aunque realmente no haga nada sino integrar tus diversas cuentas con distintas fuentes de información, el resultado una espectacular forma de mantanerse al día y un auténtico vicio, no se puede encender el móvil sin tocar tarde o temprano el icono de la aplicación.
En el ejemplo de la foto se ven las páginas, que pasan como en un calendario al arrastrar el dedo por la pantalla. Tengo integradas en las distintas pantallas mis cuentas de twitter, facebook, LinkedIn, flickr y (desde hace un rato)
instagram.
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Contador de calorías |
Otra aplicación a la que me he aficionado es Contacalorías, de seguimiento de dietas :-), después de la navidad, los kilos aumentan
como por arte de
magia: la aplicación permite leer el código de barras de lo que
consumes, cambiar la cantidad consumida, te suma calorías, te dice lo
que has comido (grasas, colesterol...) y te genera un fichero pdf que te
puedes mandar al correo electrónico y alucinar en colores, seguramente
dedique algo de tiempo más adelante a hablar del tema, porque hay algo que
resulta un poco inquietante... y no son los kilos.
Una aplicación también imprescindible que resulta bastante chocante es
Shazam, que
escucha lo que está sonando en el ambiente y te remite toda la
información del disco/cantante y por supuesto del tema, muy útil cuando oyes algo, te gusta y no sabes de quién es.
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Contador de calorías |
Para tomar las imágenes que ilustran las aplicaciones solo hay que apretar a la vez el botón de inicio con el de apagado: se obtiene una foto de lo que está en pantalla, incluso si está en acción (como se ve en la foto de flipboard, estaba desplazando el dedo por la pantalla).
Mi anterior entrada (la del código Qr) la verifiqué con la aplicación gScanQR, el uso de estos códigos se está extendiendo bastante por lo que no está de más tenerla a mano.
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BatteryDoctor |
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BatteryDoctor |
Uno de los principales defectos del equipo, que comparte con los demás
smartphones es la baja duración de la batería, un tema sobre el que se
está investigando, en nuestra ayuda otra interesante aplicación, que
aunque está en inglés es muy fácil de utilizar, BatteryDoctor, que te
pide educadamente que cuando vayas a cargar el móvil, enciendas la aplicación.
Una entrada con algunas pinceladas acerca de lo que se puede hacer con el iPhone de lo que
iré hablando en adelante, si el tiempo (no me refiero al
sol y a la lluvia) me lo permite.