lunes, 28 de marzo de 2016

Tres colores: rojo


Tres colores-rojo
Tres colores: rojo (foto: geralt, pixabay)


Título: Tres colores: rojo (Trois couleurs: rouge)
Año: 1994
Temática: Drama 
Trama: una modelo cuya vida transcurre sin pena ni gloria conoce por casualidad a un juez jubilado cuya principal ocupación es espiar a sus vecinos; mientras tanto, un joven aspirante a abogado, está a punto de acabar la carrera 
Director: Krzysztof Kieslowski 
Intérpretes: Irène Jacob, Jean-Louis Trintignant,  Samuel Le Bihan 

Puntuación:
- Temática: 8
- Guión (historia): 9
- Desarrollo: 9
- Interés: 9
- Intérpretes: 9
- Nota: 9/10

Breve reseña
La primera película que vi de Kieslowski (no hace mucho) fue “La doble vida de Verónica”, difícilmente clasificable pero con un extraño atractivo y una música fabulosa, del mismo compositor que firma la excelente banda sonora de Tres colores: rojo: Zbigniew Preisner.

Tres colores: rojo (se podría haber llamado "el juez y la modelo" pero hubiera quedado un poco Disney), forma parte de la trilogía de películas basadas en los colores de la bandera de Francia: azul, blanco y rojo, que simbolizan la libertad, la igualdad y la fraternidad respectivamente.

En la película, la fotogénica Irène Jacob, que también protagonizó La doble vida de Verónica, es una modelo que tiene una vida bastante limitada y apagada. Su novio está continuamente viajando y no la trata bien y su familia es bastante problemática, aunque se mantienen ambos en un segundo plano, solo accesibles por medio de un teléfono, aparato que aparece de forma obsesiva en la película.

Por otra parte el conocido actor francés Jean Louis Trintignant da vida a un juez jubilado que se dedica a espiar por radio a los vecinos de su barrio. 

Se desarrollan dos historias en paralelo: en una de ellas están el juez y la modelo y en la segunda, un estudiante de derecho a punto de acabar la carrera que en cierto modo va repitiendo las vivencias de aquel.

El atropello casual de un perro permite a la modelo entrar en contacto con el juez, lo que a su vez sirve de una manera solapada para enlazar las vidas de todos con la del estudiante. 

El juez, una persona "de vuelta de todo" amargada y sin ilusión, cambia con la llegada de la modelo a su casa. Le cuenta que espía a la gente porque quiere conocer la verdad, la verdad a la que no tenía acceso cuando era juez. Ella queda inicialmente horrorizada pero poco a poco comienza a establecerse una interesante relación entre ellos.

Da la impresión de que el juez tiene cierto poder sobre los demás, controla el destino de los protagonistas. Esta influencia, por la construcción del personaje, va más allá de la que podría justificar el espionaje de sus vecinos, lo que envuelve la película con un cierto halo de misterio.

Cabe destacar la contraposición de poder controlar todas las verdades desde un aparato de radio (de forma unilateral, como hace el juez) pero a la vez no ser posible la comunicación cuando se hace directamente de persona a persona

La comunicación y su problemática, como el color rojo, están presentes en todo el largometraje.

Una excelente película.

2 comentarios:

Carmen dijo...

Me impactó cuando la vi por primera vez. Expone una serie de relaciones personales frustradas, por uno u otro motivo. Como dices, es constante la presencia del teléfono, que suena sin ser atendido, o que da lugar a conversaciones vacías, con escasa calidez. El ansia de conectar con los otros sin éxito, la mayoría de las veces. Por otra parte, el juez retirado vive abiertamente al margen de la sociedad, aunque controla y espía las comunicaciones de sus vecinos, sin aparente finalidad, pues se le ve paralizado, apático, insensible ante los problemas ajenos. No es un personaje más sino una presencia distinta, tal vez una metáfora de un dios indiferente, un ser omnisciente y ajeno, o bien la mano del destino que planea sobre toda la película, jugando con las vidas de las personas. Valentine, la modelo, es "la frescura de vivir", como el lema del anuncio que protagoniza, la alegría que se resiste a aceptar la maldad del mundo.
Las películas de Kieslowski siempre tienen ese sello de misterio, ese aire trascendente que deja muchas preguntas en el aire.

Federico dijo...

No voy a añadir nada más, considerando que tú me descubriste a Kieslowski, un gran descubrimiento. Gracias por tu comentario, que profundiza en la esencia de la película.