Estoy seguro que los más jóvenes no sabrán quién era este señor, el caso es que hoy sería su cumpleaños y por eso se celebra su día.
Carl Sagan se dio a conocer en España cuando llegó la serie documental Cosmos a TVE (alrededor de 1982), solo había dos cadenas de televisión y hacía pocos años que se habían lanzado las sondas Voyager con destino a los planetas exteriores del sistema solar; a día de hoy el Vogager 1 sigue emitiendo señales. Carl Sagan participó en el proyecto.
Sigo pensando que esa serie documental es lo mejor que se ha hecho para televisión, al guión de la serie se añadía una banda sonora magnífica a la que se añadió la voz en off de José María del Río (todavía me acuerdo), una mezcla inmejorable.
Compré la serie completa en DVD, también compré el libro (casi después de acabar la serie) que sigue vendiéndose. Varios años después leí Miles de millones, el último libro que escribió antes de morir, muy recomendable porque a los temas que trató durante toda su vida añadió un entrañable capítulo dedicado a la enfermedad que le llevaría a la muerte.
Aunque la inolvidable serie es la que me ha hecho escribir la entrada, Carl Sagan era científico y escritor y realizó una importante labor de divulgación haciendo hincapié en los peligros que acechaban a la civilización occidental que por desgracia siguen siendo muy actuales (solo hay que restar de la época de Cosmos la guerra fría que todavía estaba presente cuando se hizo el documental).
Seis días después del embotellado de la cerveza (6/11/12), una primera cata para ver qué tal va el producto.
Vídeo del escanciado de la cerveza:
Una foto de la cerveza para apreciar mejor el color:
La cerveza despúes de 6 días del embotellado
En resumen, la cerveza está bastante buena, se nota el amargor del lúpulo extra que puse y le falta algo de fuerza pero todavía queda una semana teórica hasta que se haya generado el suficiente CO2.
Continúo con la serie de entradas dedicadas a mi primer intento de elaboración casera de cerveza. Después de haber preparado el mosto para la levadura y de que esta haya actuado durante más de dos semanas para poder bajar la densidad de la cerveza (hasta 1.013), el día 30 de octubre me puse a embotellar la cerveza.
El primer paso es la limpieza completa de las botellas, para ello se utiliza un produco higiénico con oxígeno activo que se disuelve en agua, con la disolución se llenan las botellas, se dejan durante unos 15 minutos y se aclaran bien, primero con el agua del grifo y después con agua mineral. Como tenía unos 10 litros de disolución y 60 botellas de 30 cc tuve que hacer el proceso de limpieza en tres tandas.
En el depósito de la derecha está la solución limpiadora, desde él lleno las botellas
Una vez aclaradas, las colocaba encima de la mesa, previamente desinfectada. La situación de las botellas es un poco peligrosa pero fue lo que primero se me ocurrió.
Las botellas listas para su uso
Una vez concluido todo el proceso de limpieza, que fue lo que más tiempo llevó, hago una nueva medición de la densidad, quito la tapa del fermentador y preparo todo para el trasvase (coloco el depósito de embotellado encima de la perola grande que utilicé para la cocción).
Medida final de la densidad (peso específico), 1.013
Apertura de la tapa y colocación de la goma de trasvase
Cubo de fermentación (arriba) y de embotellado (abajo)
Un vídeo del trasvase de la cerveza, la levadura y la mayor parte de los posos quedarán en el depósito de fermentación, lo que contribuirá a la clarificación de la cerveza (he corregido la posición vertical inicial de la cámara):
Finalizado el trasvase, hago hervir durante 10 minutos un vaso de agua con 98 gramos de azúcar (para 18 litros de cerveza que finalmente quedan en el depósito de embotellado), lo enfrío a unos 25ºC y lo vierto sobre la cerveza con cuidado, no conviene que se oxigene. El añadir azúcar es importante para que adquiera cierta fuerza por el CO2 generado.
Añadiendo azúcar
Finalmente, coloco el tubo de plástico con la válvula antirretorno (se puede apreciar en el vídeo) y traspaso el preciado líquido a las botellas.
Comienzo del embotellado
Resultado final: 57 botellas
He marcado en la chapa las botellas 1, 2 y 3: la botella número 1 tiene cerveza del día 25 obtenida directamente del deposito de fermentación sin añadir azúcar (la densidad estaba ya en torno a 1.013), la botella 2 es del mismo día 30 pero en ella he introducido 2 gramos de azúcar (en polvo fino) directamente sin disolver en agua, la botella 3 es la que comenzó el ciclo de embotellado. Las últimas botellas con una marca me indican que fueron las últimas por lo que cabe esperar más contenido de posos.
Hay que dejar las botellas reposar durante dos semanas para que adquieran un poco de gas y después otras 4 semanas para que maduren, pero eso no impide el ir haciendo controles: dentro de una semana abriré una botella y dentro de dos probaré la cerveza. Si todo va bien estará lista hacia el 5-12 de diciembre.
Me había bajado bastantes programas de fotografía de los miles que hay para iPhone y hoy tocaba probar uno de ellos que permite hacer un vídeo a partir de varias fotografías, un time-lapse como lo llaman los anglosajones. El programa es Lapse-it y el resultado, aprovechando el mal tiempo que está haciendo estos días por aquí se puede ver a continuación:
A mediados de septiembre, RBA ha sacado
una nueva colección de divulgación científica que bajo el epígrafe de Grandes Ideas de la Ciencia, presenta biografías de científicos tratadas de un modo poco habitual. Generalmente
cuando leemos la biografía de un personaje relacionado con la
ciencia, se centra en su vida que suele ser la parte
menos conocida y la que más puede interesar (se supone que su obra
científica resulta bastante bien conocida por sus publicaciones,
aunque para el público no versado sea más o menos complicado entender lo que el científico ha conseguido).
Esta colección proporciona las
biografías envueltas en los descubrimientos de los científicos, que pasan
a ser el aspecto más importante del libro. Los libros tienen
alrededor de 160 páginas con multitud de esquemas, gráficos y
recuadros que hacen muy amena y rápida la lectura. El precio de cada
volumen es de 9,95 € (el de lanzamiento 2,95€), buena relación
calidad-precio.
Además, sorprendentemente en la serie
de libros no se huye de la formulación matemática de ecuaciones e
incluso de demostraciones con desarrollo matemático completo, por
supuesto sin excesiva complicación. Según el conocido científico Stephen Hawking, por cada fórmula matemática incluída en un libro, su autor pierde la mitad de sus lectores. No sé si será verdad pero el conocer que en E=m c2 solo hay que cambiar la m por la masa y la c por la velocidad de la luz para mediante un simple producto calcular la energía que contiene esa materia es una cuestión muy simple de cultura general que a nadie debería dar miedo.
La colección empezó con Einstein y su
teoría de la relatividad y ha continuado con Newton, lo que se puede
considerar un comienzo apropiado porque quizás se trate de los dos
científicos más importantes de la historia, el segundo amplió la
teoría de la gravitación de Newton puesto que ésta no explicaba
ciertos aspectos que sí hacía la teoría general de la relatividad. Relacionado con ello es muy
interesante destacar que el propio Newton y sus coetáneos se dieron
cuenta de que había algo importante que no cuadraba en la gran
teoría de la gravitación de Newton que hoy se sigue usando: la
actuación de la fuerza de la gravedad a distancia de forma
instantánea, problema que resolvió Einstein en su teoría general
de la relativad y que las mediciones han ido confirmando
sistemáticamente.
El tercer libro de la colección, la biografía de
Plank, nos habla del orígen de la Mecánica Cuántica, otro de los pilares de la ciencia moderna al que el mismo Einstein contribuyó aunque no le convenciera demasiado. La colección completa es de 40 volúmenes.
En definitiva, los libros (de autores nacionales, por lo menos estos tres primeros),
son de muy fácil y rápida lectura, ideales para ampliar un poco nuestra culturilla acerca del
mundo de la ciencia, de la que tan faltos andamos por estos lares donde
todo el mundo habla de cambios estructurales pero no de aquello que
puede propiciarlos, la Investigación, el desarrollo y el conocimiento científico, cuyas partidas presupuestarias no hacen más que reducirse año tras
año de crisis.