lunes, 23 de mayo de 2016

La felicidad como problema

Nueva colaboración de Carmen para Treferblog. Una reflexión sobre la felicidad inspirada por la lectura de Fahrenheit 451 de Ray Bradbury.

Fahrenheit 451
La felicidad como problema (fotolia)


La felicidad como problema, por Carmen:

—"La felicidad —dice el comisario— ¿no es eso lo que todo el mundo busca? no sentir preocupación...eliminemos toda inquietud. No ha sido el Gobierno, sino la gente la que así lo ha decidido". ("Fahrenheit 451" de Ray Bradbury)

Tenemos un gran problema. Queremos ser felices. Eso es todo lo que queremos. Sólo eso. Nace un bebé y sus padres dicen: "Sólo quiero que sea feliz". En una entrevista, una conocida escritora afirmaba que pondría a sus hijos nombres de personas que habían sido felices. Como si el nombre tuviera el poder mágico de atraer a la fortuna. 

Toda nuestra vida se asienta en este concepto, que parece indiscutible pero nadie sabe realmente en qué consiste. Y eso sólo puede ser un gran problema. ¿Qué contenido se le supone a la felicidad? ¿creemos de verdad que es posible de alcanzar? Y, sobre todo, ¿estamos seguros de que es el objetivo más deseable?

En “Fahrenheit 451” Ray Bradbury plantea esta cuestión de modo muy sugerente, con maliciosa inteligencia.

Como es sabido, habla de un hipotético futuro en que los libros han sido prohibidos, se queman por bomberos especializados y se castiga su lectura e incluso su posesión.

Lo que pone en realidad sobre la mesa es la razón de ser de la cultura y más en concreto, el papel que ésta juega en el ideal de felicidad. ¿nos hace más felices aumentar nuestra cultura o por el contrario nos hace más conscientes de nuestra propia ignorancia, de nuestras limitaciones y contradicciones, y por tanto, más infelices? ¿es  entonces deseable incrementar el nivel cultural aun a costa de pagar el precio de una razonable infelicidad? ¿o en realidad -si se pudiera elegir- la mayoría preferiría una felicidad de cartón piedra en lugar de un gran bagaje cultural que necesariamente lastrará nuestra existencia, llenándonos de incómodas dudas? 

Lo escalofriante es que intuimos la respuesta: probablemente vencería la segunda opción, pues la felicidad a toda costa es el último mito, la palabra sagrada que nadie discute.

Al parecer, la filosofía ha desaparecido de los estudios y esto es un hecho. Es tanto como decir que el amor a la sabiduría (que es su significado) se considera prescindible.
“La filosofía no sirve para nada porque, junto con la religión y el arte (ambos en trance de acabamiento), era el tercer pilar de nuestro entendimiento del mundo[...]”

“Todo esto ya no es necesario porque hemos entrado en una etapa del mundo enteramente distinta. No precisamos ya de explicaciones globales. Es más, no queremos teorías globales sobre los humanos y su desconcertante aparición en el universo. Solo entretenimientos locales. No es que haya desaparecido el horror de la insignificancia (de hecho, la nada se ha convertido en el fundamento del universo, como expone el célebre libro de Lawrence Krauss), la aniquilación, la estupidez y el dolor, sino todo lo contrario: están tan presentes en nuestra vida que preferimos escondernos en el cuarto de juegos, encender la pantalla y agitar una banderita. “

Esos tres pilares de la “antigua” sociedad parecen haber dado paso a uno solo: el pilar de la felicidad, en el que se asienta todo el imaginario colectivo. Es la sociedad del entretenimiento, del ocio programado; que no del ocio libre que da lugar al pensamiento.

En el futuro distópico de Bradbury el Gobierno trata de asegurar la “felicidad” de la población, evitándoles todo tipo de inquietud cultural, pues ésta sólo conduce a la melancolía y a sufrimiento.  ¿Acaso pensar nos da la felicidad? No, probablemente no. Sin embargo, sin pensamiento  no es posible una vida medianamente interesante. Se trataría de una sociedad infantilizada, sin autonomía de decisión.

Por desgracia, esa sociedad anestesiada inventada por Bradbury se parece mucho a la que nos rodea hoy. La reflexión, el debate con argumentos y el pensamiento crítico son hoy flores raras. Por el contrario, la sociedad del entretenimiento está en su apogeo, con miles de planes para llenar el tiempo. A diario vemos que la gente trata de tener todo su tiempo ocupado por hobbies tan inútiles como pasajeros.  ¿Es acaso un intento de evitar ser asaltados por las dudas, por el pensamiento?...

Me viene a la memoria el consejo que daba Rilke a ese joven poeta:

"...tenga paciencia frente a todo cuanto en su corazón todavía no esté resuelto. Y procure encariñarse con las preguntas mismas, como si fuesen habitaciones cerradas o libros escritos en un idioma muy extraño. No busque de momento las respuestas que necesita. No le pueden ser dadas, porque usted no sabría vivirlas aún, y se trata precisamente de vivirlo todo. Viva usted ahora sus preguntas. Tal vez, sin advertirlo siquiera, llegue a internarse poco a poco en la respuesta anhelada y, en algún día lejano, se encuentre con que ya la está viviendo también."
"Cartas a un joven poeta" Rainer Maria Rilke

Vivamos, pues, las preguntas. Tal vez eso sea lo que nos hace humanos.

sábado, 21 de mayo de 2016

El talento como tarjeta de presentación

el hombre que conocía el infinito
El talento como tarjeta de presentación (Geralt, pixabay)

  
Título: El hombre que conocía el infinito
Año: 2015
Temática: Drama, biopic
Trama: Un joven matemático hindú de enorme talento es invitado a publicar su obra y continuar sus estudios en Inglaterra
Director: Matt Brown
Intérpretes Dev Patel, Jeremy Irons, Toby Jones, Stephen Fry, Jeremy Northam

Puntuación
- Temática: 9
- Guión: 7
- Desarrollo: 7
- Interés: 8
- Intérpretes: 8 (Jeremy Irons está impagable)
- Nota: 7/10 

(Advertencia: hay detalles de la película, por si quieres esperar a verla)

Breve reseña 

Antonio de Ulloa fue apresado por corsarios ingleses en el año 1746. La histórica rivalidad entre España e Inglaterra. Cautivo en manos de los ingleses, ingresó en la Royal Society ese mismo año.

Si no lees el artículo que he enlazado puedes pensar que los ingleses se volvieron locos y en vez de llevarlo a la cárcel, lo llevaron a la Royal Society.

Los ingleses no estaban locos. A nosotros nos vendría bien un poco de esa locura que hizo posible que un joven y harapiento matemático hindú alcanzara, al igual que el preso Ulloa en su día, un puesto en la prestigiosa Royal Society.

Aquí es muy probable que los responsables de las instituciones educativas hubieran tenido miedo de la valía de aquel muchacho y no habría quedado historia para el cine.

La corta vida de S. Ramanujan hace que sus contribuciones científicas sean de enorme relieve y prácticamente oscurezcan su vida personal. En la película que trata de relatar su vida, el aspecto personal es un simple aderezo de la historia, con elementos muy comunes a los folletines.

La relación entre el matemático Hardy (Jeremy Irons) y Ramanujan (Dev Patel), es el centro de la película, aunque quizás no se ha sacado todo lo que se podía obtener de esta gran historia de dos personas unidas por la fascinación por su trabajo pero con sentidos de la vida opuestos.

Sin embargo, la presencia e interpretación de Jeremy Irons, que llena por sí solo la pantalla, justifica el ir a verla. 

Echar un vistazo a la wikipedia da una idea de la genialidad del matemático hindú, de la que se muestra un pequeño ejemplo en la película con el llamado problema de las particiones


Supongamos que deseamos obtener el número 4 mediante sumas de números ¿cuántas opciones tenemos?. Se puede conseguir de 5 formas y el problema se enuncia p(4)=5. Las 5 maneras son:
1+1+1+1
1+3
1+1+2
2+2
4

Ahora se puede uno imaginar el reto de obtener p(200) que Ramanujan consigue resolver con brillantez.

Se echa en falta algo de precisión con relación al origen de la brillantez de Ramanujan. Para hacer más espectacular y heroica la figura del matemático, da la impresión de que sus conocimientos han surgido de la nada, de hacer figuras y números en el suelo, a falta de papel con que escribir.

Esto no puede ser cierto. Newton decía que se había apoyado en hombros de gigantes. Ramanujan había estudiado libros de matemáticas, no estamos en la edad media — eran los tiempos de la Primera Guerra Mundial —, y la India estaba bajo la sombra de Inglaterra, una de las naciones más avanzadas de la época. 

A pesar de todo estamos ante una entretenida película, que nos acerca a ese tipo de gente especial que cuenta con una mente privilegiada. Se podría haber hecho un guión más profundo, pero Jeremy Irons cubre estas deficiencias para dar lugar a una película aceptable.

martes, 17 de mayo de 2016

Trumbo, la caza de brujas en Hollywood

Trumbo, la caza de brujas en Hollywood
Trumbo: la caza de brujas en Hollywood


Título: Trumbo. La lista negra de Hollywood
Año: 2015
Temática: Drama
Trama: En los años que siguen a la Segunda Guerra Mundial, un guionista de mucho talento muestra sus ideas comunistas sin pudor, se reúne incluso con colegas que participan de las mismas ideas. En aquellos años, el gobierno y algunos senadores piensan que son antiamericanos y que suponen un peligro para la nación.
Director: Jay Roach
Intérpretes Bryan Cranston, Diane Lane, Helen Mirren, John Goodma. 

Puntuación
- Temática: 8 (la caza de brujas en el cine)
- Guión: 8
- Desarrollo:8
- Interés: 8
- Intérpretes: 8
- Nota: 7/10  (es muy recomendable a pesar del notable bajo)

Breve reseña 
En el año 1949 la Unión Soviética detonaba su primera bomba atómica. En Estados Unidos no se lo creían. La respuesta a cómo habían conseguido los soviéticos una bomba atómica no se hizo esperar: científicos que trabajaron en su desarrollo habían espiado para la Unión Soviética. 

De aquí a la paranoia solo había un paso. El anticomunismo obsesivo atravesó el país y llegó también a Hollywood, con la persecución de destacados artistas y personajes del mundo cinematográfico. Dalton Trumbo era uno de ellos.

¿Sabes que el guión de Vacaciones en Roma recibió un Oscar pero que el guionista que recogió el premio era un impostor? Yo tampoco lo sabía hasta ver la película. Muchas curiosidades del  mundo del cine relacionadas con la vida de Trumbo salen a relucir en la película.

¿Qué harías si te encontraras viviendo en un país que ha decidido que una determinada ideología es peligrosa y tú comulgas con ella?

Supongamos además que el hecho de pertenecer a ese grupo ideológico puede hacerte perder todo lo que tienes y no tener siquiera la opción de ganarte la vida.

Trumbo se basa en la vida de uno de los guionistas de más talento de Estados Unidos. Pero tiene mayor alcance. 

Habla de un país democrático que se comporta de la misma manera que una dictadura. De gente sometida a grandes presiones que mira hacia otro lado cuando se comete una injusticia. De la lucha contradictoria de un revolucionario para volver a alcanzar su posición en la sociedad.

Pero desde mi punto de vista hay algo que destaca especialmente: Trumbo es el prototipo de americano de enorme talento y gran capacidad de trabajo. Resulta contradictorio en sí mismo que defienda ideas comunistas que incluso le hacen ir a la cárcel.

Uno de los problemas que plantea la película es hasta qué punto y cómo hay que luchar contra los atropellos de un supuesto gobierno democrático.

La propia sociedad mira resabiada y juzga sin conocimiento a aquellos que considera culpables porque el poder se ha encargado de que así lo piensen. Las masas siguiendo directrices generales de políticos sin criterio. El poder judicial, dividido también políticamente, en vez de aplicar la ley.

Es un capítulo terrible de la Historia de los Estados Unidos, capaz de lo mejor pero también de lo peor, de destrozar la vida de gente inocente.

Una película muy entretenida. El corte histórico refleja una época muy oscura en los Estados Unidos a través de la fascinante vida de Dalton Trumbo, con sus contradicciones (¿cómo alguien de tan enorme talento puede pretender que todos seamos iguales?) y las maravillosas referencias al mundo del cine. En la película aparecen figuras legendarias del Hollywood de la época.

Trumbo, por otra parte, es muy “de Hollywood”, hay buenos, hay malos bastante malos y un final feliz, si se entiende por feliz que el tiempo y el olvido borren (o no) las heridas.

¿Puede alguien decidir si una ideología es buena o mala?¿sigue existiendo la presión política e ideológica que había durante la guerra fría?¿Nos interesa controlar a aquellos en los que delegamos el poder?

domingo, 8 de mayo de 2016

13 fotografías de principios de año (II): en color

La segunda parte de mi fallido proyecto, con las fotografías que más se pueden destacar de principios de año. Cuatro fotografías obtenidas en lugares comunes, aplicando filtros en algunas de ellas:

1. Cerca de casa (11/1/16). Parece una foto de hace varios años pero en realidad está tratada con con la aplicación Vintage Camera para iPhone. 
 
13 fotografías de principios de año
Cerca de casa

2. En la playa de San Juan (18/1/16). Un día soleado, como suele ocurrir por la zona de levante, en la espectacular playa de San Juan de Alicante, donde me encontraba por trabajo. En verano es un hervidero de gente.

13 fotografías de principios de año
La playa de San Juan en Alicante





 3. El tren (19/1/16). Obtenida con el iPhone, el desenfoque está producido por un filtro de la aplicación del teléfono. 

13 fotografías de principios de año
El tren

4. Vías y nubes (21/1/16). Una imagen de formaciones nubosas próximas a Loriguilla retocadas con Vintage Camera para iPhone. 

13 fotografías de principios de año
Vías y nubes

Hasta aquí este primer intento de conseguir una foto cada día durante 365 días. Era enero y han pasado ya 4 meses... 

domingo, 1 de mayo de 2016

13 Fotografías de principios de año (I): blanco y negro

Recojo un pequeño experimento de principios de año en el que me propuse hacer una fotografía al día durante muchos días. El reto de una fotografía cada día durante un año o de una entrada de blog cada día es algo que mucha gente se propone pero que pocos consiguen, por el enorme trabajo que supone.

En este primer intento estuve trece días seguidos. Mal número (para algunos). La cuarta fotografía de la serie, del 14 de enero, es la que encabeza mi primera entrada después de un parón de más de dos años.

Aquí algunas de las que hice en blanco y negro:

1. En la estación de tren (12/1/16). Aunque parezca una foto de hace años, es la estación del norte de Valencia obtenida con la aplicación Vintage Camera para iPhone.

13 fotografías
En la estación del tren
2. Días de cine (16/1/16). Ese día vimos "El hijo de Saúl", una interesante película húngara (ganó el Oscar a la mejor película de habla no inglesa).

13 fotografías
Días de cine
3. Un árbol muy personal (17/1/16). El árbol que aparece en primer plano tiene su historia. (Desde la maceta donde había plantado la semilla hasta donde ahora luce espléndido, como se ve en la foto)

13 fotografías
Un árbol muy personal

Más adelante publicaré el resto (las más interesantes) y quizás algún día retome el proyecto.

sábado, 23 de abril de 2016

FAHRENHEIT 451 o el donoso escrutinio

fahrenheti 451
Fahrenheit 451 (fotografía Pezibear, pixabay)


Título: Fahrenheit 451
Año: 1966
Temática:Ciencia Ficción
Trama: En una sociedad distópica, donde los libros están prohibidos por el bien de los ciudadanos, a uno de ellos le entra la duda...
Director: François Truffaut
- Temática:9
- Guión: 9
- Desarrollo: 8
- Interés:10
- Intérpretes: 7
- Nota: 9/10 

Fahrenheit 451

Hace poco hablaba de la cita que encabeza el libro de Ray Bradbury Fahrenheit 451en el que se basa la película y a la que Truffaut da un toque especial.

Se trata de una película visionaria, propia de la ciencia ficción de calidad, e incide sobre problemas que siguen afectando a nuestra sociedad. La falta de valores, programas de televisión huecos, la falta de madurez. La inactividad manifiesta de una sociedad aletargada e indolente, que no quiere problemas. No reconocemos que la esencia misma de nuestro desarrollo, lo que nos ha permitido llegar a altas cotas de conocimiento es la inquietud, la curiosidad, el deseo de saber, la capacidad crítica.

Todos hemos estudiado humanidades. La invención de la imprenta por Gutemberg significó una revolución al permitir la transmisión masiva del conocimiento a través de los libros. Internet ha provocado una revolución similar. Y todo ello ha originado siempre el deseo de controlar ese flujo de información.

En el mundo extraño que nos presenta la película, los bomberos ya no tienen que apagar fuegos (las casas son incombustibles), ahora hacen piras de libros; son los representantes del poder que vela por el bien de los "súbditos", para que no tengan problemas ni piensen demasiado. El poder apaga la llama creativa - la esencia del progreso de una sociedad -, con fuego.

Todo lo malo, representado por las ideas, debe ser erradicado por el bien de la sociedad, el leitmotiv de cualquier dictadura (alguien decide, con unos cuantos acólitos, lo que es bueno para todos).

En la sociedad de Fahrenheit 451, "la dictadura" se ha impuesto por la desidia de la ciudadanía. Los estudios de historia y humanidades se fueron dejando ("...hacía 40 años, cuando los últimos centros de humanidades tuvieron que cerrar a causa de los pocos alumnos y la falta de apoyo económico"). No servían para nada. Cada vez la gente leía menos, así se llegó a la conclusión de que debía prescindirse de los libros.

La gente está bien sin problemas. Les proporcionamos todo a cambio de que no piensen. Y todo es: el entretenimiento basado en el sexo y la televisión de programas basura e información sesgada. Y la película es del año 1966 (en la que además podemos ver pantallas planas similares a las de ahora).

En el libro y en película se deja entrever que el gobierno dispone a discreción de los hombres para la guerra u otros menesteres pero que no informa de nada. La información está controlada. Es una auténtica pesadilla vista desde fuera, desde nuestros propios ojos.

Como no podía ser menos, hay antisociales (llámalos subversivos, traidores, comunistas de la época) que esconden y leen libros. No colaboran. Hay que quemarlos. Los libros y, si es menester, también a sus lectores.

En la primera batida que vemos, los ociosos bomberos encuentran una biblioteca y comienzan con el donoso escrutinio, al igual que el barbero y el cura de Don Quijote. De hecho, el primer libro que va hacia la pila es El Quijote. Un homenaje extraordinario de Truffaut a nuestra cultura, ideal para esta entrada que se publica en el día del libro, 400 años después de la muerte de Cervantes. Y la película se cierra también con la mención, en castellano, de Dulcinea del Toboso. No es la única muestra de nuestra cultura en la película.

En Fahrenheit 451, a diferencia de Don Quijote (que salvó entre otros al Tirant lo Blanch), no se libra ningún libro de la quema.

¿Cómo resolver el problema que plantea la película? Los antisociales huyen, las autoridades los dan por desaparecidos o se inventan historias para mantener a la gente tranquila. 

Los huídos acaban en un punto de encuentro, donde leen y aprenden de memoria los libros. Se transforman en gente-libro y se llaman como el libro que han aprendido. La tétrica película desemboca en un paraíso de humanidad, donde todo se recuerda, se memoriza. El posible comienzo de una nueva era, como empezó en los albores de la historia, con la transmisión consuetudinaria del conocimiento (generación a generación) que estudiamos hace muchos años en las lecciones de humanidades.

Ignoro si ahora estudiarán estas cosas las nuevas generaciones o si algún día no lejano dejarán de hacerlo. No concibo que dejen de estudiarse las humanidades, esenciales para comprender quienes somos y mejorar nuestra capacidad crítica.

No puedo evitar la referencia: hemos votado en diciembre de 2015 a unos políticos para que hicieran su trabajo. Depositamos un papel en una urna aquel día. Ese ha sido nuestro enorme esfuerzo. Para qué pensar más. Ya piensan los políticos por nosotros. Seis meses después nos van a obligar a ir a las urnas otra vez porque han sido incapaces de hacer su trabajo. Pero nos da igual, es decir, no vamos a hacer ni exigir nada. Y lo saben.

Fahrenheit 451Una película enorme, un magnífico libro. Leedlo antes de que llegue el coco.