lunes, 28 de febrero de 2011

¿NIÑOS NO?

Un cartel de aviso bastante chocante, en el jardín del Poble Espanyol (no lo quise poner en la entrada correspondiente porque desentonaba).


Hoy más que nunca se ajusta mi etiqueta a la foto...

domingo, 27 de febrero de 2011

SI SOMOS UN POCO CUIDADOSOS

Con la frase del título acabé más o menos mi entrada sobre la plantación de árboles que hicimos en Riba-roja. Después de tres semanas he encontrado los cuatro árboles que planté así (pongo las fotos en el mismo orden de aparición en mi anterior entrada):

1.- El naranjo. Efectivamente, no está, imagino que se lo habrán llevado porque no hay restos y queda un pequeño agujero.

2.- El manzano, lo han partido,

¿aguantará lo que queda?¿lo rematarán para que no sufra?


3.- El primer brachychiton. Lo han partido, la imagen habla sola.


4.- El segundo brachychiton. Tiene bastante buen aspecto.


He elegido poner la última foto del árbol grande por dar una pizca de optimismo. Pero era la última que me quedaba, no sé cuánto durará el último árbol en pie, algún día llegaré y lo encontraré destrozado.

Se puede admitir que por golpes o juegos de chavales se hayan roto algunos árboles, pero hacer algo así con premeditación evidente es algo que cuesta mucho digerir en una sociedad civilizada y medianamente educada (una buena parte de las plántulas también han desaparecido o están partidas, de momento, las casuarinas del Ayuntamieno no estaban dañadas).

domingo, 20 de febrero de 2011

EN EL POBLE ESPANYOL

Hoy tocaba visitar la ciudad y sacar algunas fotos, el objetivo era la zona de Montjuic, demasiado para un solo día.

La idea inicial era atravesar la Avenida de María Cristina, hasta el Paseo de las Cascadas, pero nada más salir del metro vi que el acceso estaba cortado por obras como se ve en la foto.

Obras en la Avenida de la Reina María Cristina

Fui en dirección al Caixa Forum hasta llegar al Poble Espanyol, que no era mi objetivo, pero se me hizo un poco tarde, así que entré para ver cómo era.

Se construyó con motivo de la exposición universal de 1929, es un conjunto de edificios (116 según la guía) que son una muestra de la arquitectura tradicional española, un pequeño pueblo dentro de la ciudad. Dudaba si pagar 8,9 € para verlo sería una buena idea, pero ha merecido la pena.

La entrada al Pueblo Español:

Entrada por las "murallas de Ávila"
Algunas fotos más, con muestras de distintas arquitecturas:





monasterio románico




El jardín de las esculturas:



En un taller dentro del pueblo, un artesano trabajando directamente el vidrio, haciendo figurillas en pocos minutos:




En un espacio reservado para actividades, alguien sacando una foto...


Y para finalizar, una vista panorámica (hacer click para agrandar, con un poco de empeño se puede "intuir" La Sagrada Familia):

martes, 8 de febrero de 2011

PLANTANDO ÁRBOLES EN RIBA-ROJA DEL TURIA

No tenía previsto acercarme a Valencia este fin de semana pero me avisaron mis vecinos de que se iba a habilitar una zona próxima a mi casa como parque y que se iba a hacer una plantación de árboles de la zona mediterránea con la ayuda de todos los vecinos por la celebración del día del árbol, que no tengo muy claro si cae en enero (como decía la carta del Ayuntamiento), febrero (el mes corriente)  marzo (según wikipedia) o en mayo (elecciones) pero da igual, excelente iniciativa, que me ha permitido hacer mi pequeña contribución ecológica a la comunidad.

El caso es que en mi terraza tenía cuatro plantas, realmente cuatro árboles y era una lástima que no se pudieran desarrollar más, uno de ellos había alcanzado casi 2 metros (ver más abajo) y con las ventoleras que hay por la zona ya se había caído dos veces (aunque la flexibilidad del tronco y ramas lo protegía de romperse).

Los árboles eran un manzano, un naranjo y dos ejemplares de brachychiton (aunque todavía no tengo muy claro qué especie). Todos los árboles los he visto crecer desde la semilla, salvo el manzano, que nació en Madrid, me lo regaló un amigo y me lo llevé a Valencia. Más adelante las fotos de los protagonistas, en la que sigue, mi vecino y yo, de jardineros. Incumplo por primera vez mi regla no escrita de no salir en mi blog.


Un espléndido día casi veraniego en pleno febrero, para sudar un poco cavando. Cavando exactamente no, el personal de jardinería del ayuntamiento había excavado en varios puntos, lo que nos facilitó la tarea a mi y a mis vecinos, que aparte de avisarme del evento me ayudaron en la faena y plantaron a su vez otros árboles para que crecieran a la vez que sus dos retoños.

Tengo que añadir que el día anterior había llamado al ayuntamiento para informarme si me dejarían plantar los árboles, no pusieron ningún problema, además me pasaron con la que debía ser responsable de información del evento. Por supuesto, al día siguiente se acercó micrófono en mano y cámara acompañante a entrevistarme, espero que me entendieran algo (os podéis reir). Una foto previa a la entrevista, periodistas al acecho, con la que vuelvo a faltar a mi norma de no salir. Toca chupar cámara, podéis ver atrás a la chica con el micrófono.

Al día siguiente verifiqué que seguían de pie los cuatro árboles y los medí, ojalá duren muchos muchos años. Una imagen general de la zona con mis cuatro árboles "en primer término", más atrás las casuarinas plantadas por el ayuntamiento:

Y los retratos para la posteridad de los cuatro árboles, el primero, el naranjo, un poco mustio quizá por la falta de tierra en el tiesto, esperemos que se recupere (tiene 74 cm):


El manzano (104 cm), no tiene prácticamente hojas, pero se recuperará y le saldrán, y también ricas manzanas, si aguanta un tiempo:


El primer brachychiton (146 cm):


El segundo brachychiton (180 cm, aproximadamente):


Dentro de unos años, si somos un poco cuidadosos, la imagen que he puesto de la campa, aparentemente vacía, estará llena de árboles.

domingo, 6 de febrero de 2011

ANATOMÍA DE UN INSTANTE. OCURRIÓ HACE 30 AÑOS

TÍTULO: Anatomía de un instante
AUTOR: Javier Cercas
EDITOR: Random House Mondadori
TEMA: Historia
ISBN: 978-84-9908-236-3
FECHA DE LECTURA: 7/1/2011
VALORACIÓN: 9/10

Corría el año 1981, el 23 de febrero, cuando un grupo de guardias civiles entró en el congreso durante la votación de investidura de Leopoldo Calvo Sotelo como presidente de gobierno, después de la dimisión de Adolfo Suárez, secuestrando así al gobierno y a los diputados y poniendo en peligro la recién estrenada democracia.

A la edad de 13 años, me veo recorriendo el Paseo de Zorrilla de Valladolid desde el colegio hasta casa charlando del evento y haciendo hipótesis, con muy poco conocimiento de lo que decíamos, aunque por lo menos hablábamos de ellas (dudo que los chavales de hoy hicieran algo parecido).

Caminaba como decía por el Paseo de Zorrilla charlando con el atrevimiento que da la ignorancia de lo que estaba pasando, ajenos al miedo que había en el ambiente, el ambiente "de las personas mayores" que habían estado esperando la llegada de la democracia a España, para poder de una vez coger el tren de Europa, de la modernidad, de la libertad.

Como se dice en el libro, nadie hizo nada, o lo que es lo mismo, todo el mundo esperó debajo de sus escaños particulares para ver qué pasaba. La dictadura todavía no se había alejado demasiado, algunos esperaban el triunfo del golpe pero los más tenían miedo de una nueva condena al pasado, al regreso al que fue el mayor anacronismo de la Europa civilizada.

La guerra civil empezó con una sublevación que pretendía controlar el país sin muchos problemas, pero acabó en tragedia. El golpe del 23F pretendía llevar pacíficamente a la normalidad el pais pero algunos sacaron tanques a las calles y muchos capitanes militares dudaron a qué lado ponerse. Pensarlo pone los pelos de punta a varios años vista y ya sin temores.

Sorprende leer en el libro que todos en el fondo "conspiraron" o hicieron más fácil la intentona golpista, querían eliminar a toda costa a Adolfo Suárez del poder, el presidente que, según se dice en el libro, sabiendo hacer lo más difícil (traer la democracia) no supo hacer lo más fácil: adaptarse a ella y gobernar.

Con la imagen de Suárez sentado solo en su escaño cuando el resto de los diputados estaba debajo de sus escaños (a excepción de Santiago Carrillo y Gutiérrez Mellado), el autor desarrolla la historia partiendo del caldo de cultivo que propició el golpe (él lo llama "la placenta del golpe") donde estaban casi todos los estamentos de la sociedad, desde los grupos políticos hasta los artífices del golpe, en el entorno de los militares, que pretendían contar con el apoyo del rey.

El brazo ejecutor fue el teniente coronel Tejero, que en el congreso esperaba a una autoridad militar que mediante el chantaje de la fuerza se haría cargo de un gobierno de unidad nacional formado por políticos de variados grupos parlamentarios. La autoridad militar, el General Armada, se haría cargo del gobierno y se dedicarían a poner orden hasta las siguientes elecciones. Todo ello no debería crear ningún problema, porque todo el mundo estaba de acuerdo, el Rey según ellos, el primero.

Pero el caso es que los capitanes generales de las regiones militares salvo dos, estaban a la espera, no decían ni que sí ni que no, salvo Milans del Bosch, que sacó los tanques en Valencia.

En definitiva, una noche de incertidumbre hasta que el discurso del Rey disipó los temores (aunque todavía continuaba el secuestro en el congreso) y un libro excelente, que se puede complementar con la serie de TVE, disponible en la televisión a la carta (vi los dos capítulos cuando terminé de leer el libro).

La historia de la Transición en España resulta apasionante pero es un poco triste que los sucesores de aquellos políticos que parecían tener cierta personalidad han dado lugar a la casta de dirigentes que tenemos en estos momentos.

Quizás haya motivos para estar más tristes todavía: los políticos que tenemos podrían ser el reflejo de la sociedad que los ha elegido.


miércoles, 8 de diciembre de 2010

Te invito al espectacular recorrido visual que nos llevó a la Penya Foradá

El cambio de piso y los viajes de trabajo me han mantenido desconectado del blog. Aprovechando el puente de la Constitución, he tomado unos días de descanso que me hacían falta para rebajar tensiones y en el segundo de ellos (el 5 de diciembre) he podido compartir una interesante ruta de senderismo en las proximidades de Pego, en la Vall de Gallinera, Alicante.

El objetivo era llegar a la Penya de la Foradá, una curiosa formación geológica en forma de arco que se puede apreciar más adelante.

La falta de práctica y el poco ejercicio debido por una parte a la excusa del trabajo y por otra al esguince que tuve el pasado mes de junio se ha hecho notar y en algún tramo debo admitir que he pasado algo de miedo. 

Lo que para un montañero avezado no sería más que un paseo dominguero, para un dominguero de pro se convierte en un ascenso-descenso-ascenso montañoso de loma en loma para acabar deslomado. Dramatizando un poco y dicho sea de paso con un toque de humor.

Y en toda ruta por montes que en otro tiempo fueron la frontera de dos mundos, no podía faltar su castillo, al que llegamos en la primera hora de nuestro recorrido de subida, con un tiempo excelente. El castillo d'Alcalá (de Benissili).

El castillo d'Alcalá
La ruta puede seguirse completa en el mapa del IGN nº821-II-Planes (que casualmente tenía en casa). Llevé el mapa, aunque no hice demasiado uso de él.

Recomiendo en Google Earth (o google maps) ver todo el valle (poner en el buscador Pego, se identifica enseguida el valle).

Utilizamos dos coches, dejamos uno de ellos en Benitaia y fuimos con el otro hacia Benissili, aproximando el coche lo más posible al Castillo d'Alcalá.

Vista posterior del castillo

Obras en el castillo

El castillo d'Alcalá en la distancia

Bancales en las proximidades del castillo de Alcalá
El castillo estaba en estos momentos en restauración y no se podía entrar, aprovechamos para tomar  un pequeño almuerzo para continuar la ruta con renovados ánimos, nos quedaban cuatro horas de camino.

Continuando la ruta vimos otro castillo al que saqué una foto con el zoom (200mm), para intentar identificarlo más tarde, todavía no he podido hacerlo.

Otra fortaleza...
Ya no hablo más de castillos y continuamos con la ruta a la que no faltan cruces, hitos geográficos y poblados ibéricos un poco apartados de ruta (no nos acercamos, aunque empezamos pronto teníamos reservada mesa para después del "paseo" en Benissiva).

Puesto que ya estábamos en la cresta de la Sierra de la Foradá enseguida tuvimos acceso a las vistas del valle. La ruta hasta la Foradá se transformó en subidas y bajadas de montañas y caminatas por las crestas.

cresteando

continúa la ruta
Lo que peor llevaba eran las bajadas por terreno pedregoso, en la foto que sigue (soy el de la derecha) se pueden intuir mis dificultades (aunque a primera vista no lo parece). La fotografía es de uno de los compañeros de expedición, Halcón Peregrino, de Rastreando. Está tomada a la altura de un vértice geodésico (30 738242E 4.299.419N, 857m, según el GPS que llevé, no es el dato "oficial") desde el que comenzamos el descenso que se ve en la foto.

Dificultades en la bajada...

Ya en las proximidades de la Foradá, podíamos contemplar todo el valle y sus poblaciones, en total 8 a lo largo del valle, que dan lugar a otra ruta (llamada de los 8 pueblos, desde Benirrama hasta Benisili).

Benialí (arriba) y Benissiva-Benitaia (abajo)

Alpatrol



La Vall de Gallinera
Habíamos caminado unas cuatro horas cuando llegamos al objetivo, la Penya Foradá.

La Foradá
El camino de vuelta, que se prolongó más de lo previsto (hora y media) por coger otra ruta y no finalizar la nuestra por el camino más rápido, era el camino clásico que se utilizaba en tiempos inmemoriales, según nos dijeron en el pueblo cuando llegamos a comer (hacia las 4 de la tarde). El cansancio hizo que no me quedaran muchas ganas de tomar fotos al final del recorrido, que acabó en Benitaia, donde habíamos dejado el coche. A falta de fotos, una imagen de GPS del sinuoso recorrido de bajada, que debería haber comenzado próximo a la Foradá.

Ruta de descenso en GPS
Una vez más una gran experiencia en buena (y más preparada) compañía, que me ha hecho ver que debo hacer más ejercicio y salir más al campo, a seguir subiendo y bajando por los innumerables recorridos que ofrece nuestra geografía.